MAÑANA DEL VIERNES Día de ayuno, oración y meditación de la muerte del Señor. Ya estamos en el Triduo Pascual. Momento más importante de la Semana Santa.
Desde ayer jueves a las 6 de la tarde participamos de un ayuno total de 24 horas (hasta las 6 de la tarde de hoy), siguiendo la forma judía en el primer siglo de contar el día y la noche. De esa manera comenzamos a ayunar el viernes en la “primera vigilia de la noche” y terminamos el mismo viernes al final de la novena hora.
Hoy nos levantamos antes del amanecer (como hacía Jesús), y comenzamos a leer el pasaje de Juan 18:1-19:42. No lo leas entero a la mañana. Ve de a poco, avanzando paso a paso por las diferentes situaciones que atraviesa Jesús.
Al igual que el de ayer, este es el texto que la Iglesia lee y ora en este día desde la tradición de los primeros siglos.
DESPUÉS DE HABER LEÍDO EL PASAJE DEL EVANGELIO
Hoy, al estar separados para Dios en ayuno, vamos a ir leyendo, meditando y orando este largo pasaje a lo largo del día.
Jesús fue entregado por Judas y apresado, y luego pasó parte de la tercera vigilia de la noche, y la cuarta vigilia (más o menos entre las 2 de la mañana y las 6 de la mañana) siendo interrogado primero por Anás (Juan 18:12,13), luego por Caifas (Juan 18:24), y golpeado y escupido (Mateo 26:67). En ese momento aún de noche, antes del amanecer, es cuando Pedro niega tres veces a Jesús (Marcos 14:66-72).
En la llamada “primera hora” (de 6 de la mañana hasta las 9 de la mañana) Jesús es interrogado primero por Pilato y luego por Herodes, para volver otra vez con Pilato y ser condenado (Lucas 23:1-25), y también golpeado, escupido, y coronado por los soldados romanos con una corona tejida de espinas en la cabeza (Mateo 27:27-31).
En la “tercera hora” (de 9 de la mañana hasta las 12 del mediodía), Jesús lleva su cruz hasta el Gólgota y es crucificado (Marcos 15:25).
“Cuando vino la hora sexta (se refiere a alrededor de las 12 del mediodía), hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y a la hora novena (se refiere a las 3 de la tarde) Jesús clamó a gran voz… y expiró” (Marcos 15:33-37).
En las últimas 3 horas del día viernes (“la hora novena”, desde las 3 de la tarde a las 6 de la tarde para nosotros hoy en día), José de Arimatea “entró osadamente a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús” (Marcos 15:43), éste se lo concedió, y él, junto a Nicodemo (Juan 19:39), “lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas”, lo pusieron en un “sepulcro nuevo” (Juan 19:40-42), y José de Arimatea “hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro (Marcos 15:46), un rato antes de que llegue el día sábado (lo que para nosotros serían aún las 6 de la tarde del viernes). María Magdalena y María la hermana de la madre de Jesús, miraban todo esto (Marcos 15:47).
DURANTE EL DÍA
Hoy es un día para la oración y el ayuno. Cuando es posible, los cristianos son instados a quedar libres de trabajar y de todo compromiso social o familiar, para dedicarse a la oración, lectura y meditación del relato de este Viernes Santo.
En la hora sexta (12 del mediodía para nosotros) recordamos las últimas siete palabras de Jesús: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46).
Y luego, enseguida, antes de la hora nona (las tres de la tarde para nosotros), la hora de la muerte de Jesús, atravesamos ese tiempo recordando las “Estaciones de la Cruz”.
¡Comparte todo esto con tus hijos! Dios está contigo, y ÉL te va a usar como su instrumento para dirigir sus vidas.
Antes de terminar el día (antes de las 6 de la tarde para nosotros), nos reunimos en silencio en familia para entrar en el tiempo de oración mientras reflexionamos sobre la muerte de Jesús en la cruz.
Oramos por las necesidades del mundo. Reconocemos el poder de la cruz en nuestras vidas hoy. Es un día para que, así como en los días patrios mucha gente muestra en sus casas la bandera de su país, del mismo modo nosotros hagamos que en nuestras casas esté bien visible la cruz. ¡Es nuestra bandera de la patria!
A las 6 de la tarde (para nosotros hoy), entregamos en oración al Señor en familia nuestro ayuno. Ya podemos cenar.
NOCHE DEL VIERNES
Contempla antes de dormir cómo los apóstoles se reunieron esa noche con miedo y en oración reflexionando sobre todo lo que había ocurrido. Según Juan 20:19 estaban llenos de “miedo”, y según Marcos 16:10 “estaban tristes y llorando”.