"Desde el nacimiento del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor" (Sal. 113:2).
Al comenzar a orar, debes hacerlo con fe (Santiago 1:6,7) en el Espíritu Santo (Judas 20). Sin esto es imposible
agradar a Dios (Hebreos 11:6), son solo afirmaciones con verdad pero que no afectan en absoluto el corazón y no dan el más mínimo culto a Dios. Cada petición debe ser creída y la ayuda del Espíritu Santo clamada como pobres en espíritu que tienen esta única oportunidad (Lucas 6:20,21,24,25; Santiago 4:6). No repitas nada por decirlo, si no es conjuntamente una petición en tu corazón Dios lo rechazará. Oralo y medítalo hasta que se haga
un anhelo propio.
IMPORTANTE:
Más información de la "Liturgia de las Horas"
AQUÍ