TERCIA

el evangelio del reino de Dios

UNA REVOLUCIÓN DEL EVANGELIO DEL REINO DE DIOS
Si como Iglesia perdemos de vista, confundimos o traicionamos para qué existimos, solo nos espera el fracaso total.

¡El evangelio del reino de Dios es esencial a nuestra existencia! Y esto es lo que estamos celebrando en este mes de noviembre. En estos días de celebración Dios quiere hablarnos y revolucionar nuestras vidas, familias  e Iglesias. 

El oficio divino

EFESIOS 5:18

 "Sed llenos del Espíritu"

HECHOS 2:38,39

"Recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare"

HORA TERCIA EVANGELIO

 Un corto tiempo de oración pidiendo la llenura del Espíritu Santo.

 

9:00 hs Tercia

Nos tomamos unos 5 minutos para pedirle a Dios, ahí donde estamos, los resultados en nuestra vida de que la promesa del bautismo del Espíritu Santo se cumplió (Hechos 2:17, 18, 39).

Para esto usamos la oración debajo.


Es recomendable poner una alarma en el teléfono en esa hora para todos los días y que nuestros hijos se acostumbren de que cuando suena es el momento de una muy pequeña oración en la que la familia se llena del Espíritu Santo para poder hacer lo bueno y amar a Dios durante el día.

Tu capacidad

"Padre amado, en esta hora Tercia en la que recordamos cuando tu Espíritu Santo llegó en Pentecostés para habitar en tus hijos de la forma más íntima y preciosa y capacitarlos para continuar la misión de tu Hijo (Juan 20:21), yo te ruego, en los méritos de Cristo, que me llenes con tu Espíritu Santo (Efesios 5:18). Entiendo que me has confiado una obra altísima, imposible para mí. Pero no me has dejado en mis fuerzas.

Que tu Espíritu Santo me guíe en qué quieres hoy que haga (Marcos 13:11; Hechos 16:6-10), porque eso es exactamente lo que quiero hacer. Se llenen mis sentidos de tu dirección clara, eficaz. De tus planes, tus palabras y tu sabiduría (1 Corintios 2:15,16). Desconfío por completo de mí (Jeremías 17:5-8), y pongo toda mi confianza en ti (Romanos 15:18,19).

Lléname con el poder de tu Espíritu Santo prometido (Juan 7:37-39). Hazme efectivo en lo que determinaste que hoy haga para ti (Hechos 1:8). Esté en mí ese poder para que este mundo en oscuridad vea anticipos de la gloria que tu Hijo traerá de forma completa en el reino que viene (Hebreos 6:5). Sana, libera, da vista a los ciegos, salva, por medio mío. Que pueda hablar de tus 'poderosos hechos' (Salmo 145:12).

Gracias, porque ese poder en mí y en mis hermanos en Cristo es tu voluntad. Así planeaste a tu Iglesia amada. 

Fe, tú quieres que avance en fe (Mateo 17:20). En dependencia y confianza en ti.

Te alabo Dios todopoderoso. Soy tu siervo. Ese es mi honor. A donde me envíes hoy, ahí vas a estar.

En el nombre de tu precioso Hijo Jesús. Amén".



 Cipriano de Cartago, en el año 252 d.C.

"Hemos renunciado al mundo y vivimos aquí durante la vida como huéspedes y peregrinos. Abracemos el día que a cada uno señala su domicilio, que nos restituye a nuestro reino y paraíso, una vez escapados de este mundo y libres de sus lazos".