Marcos 16:15:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
TODO TIENE UN PROPÓSITO
Al crear la Tierra y todos los seres que la habitan, incluidos nosotros los seres humanos, Dios lo creó todo con un propósito.
Dios no es una especie de pintor loco al estilo Dalí, que sintió un arranque impulsivo de arte y comenzó a pintar, y después al terminar se preguntó: “ufff... ¿y para qué sirve todo esto?”. O “¿Servirá para algo todo esto?”. NO.
Dios lo creó todo con propósito. Lo creó todo según su propósito, su plan, su voluntad. Y lo creó todo exactamente para que todo cumpla ese propósito, ese plan, esa voluntad. Efesios 1:11 dice que Dios “hace todas las cosas según el designio de su voluntad”. Y Efesios 3:11 afirma que todo fue hecho “conforme al propósito eterno”.
Esa palabra “propósito”, ahí en Efesios 3:11, en el griego original es “prótesis” y según el Diccionario Strong, “sugiere un plan deliverado, una proposición, un plan anticipado, una intención, un designio”.
Y cuando hablamos en un plano más personal, podemos recordar cuando el Salmo 138:1, dice: “El Señor cumplirá su propósito en mí”. Así que Dios tiene un propósito con tu vida.
Por eso, el apóstol Pablo le escribe a Timoteo, diciéndole: “tú has seguido mi conducta, PROPÓSITO” (2 Timoteo 3:10). Pablo sabía que su vida tenía un propósito, sabía cuál era ese propósito, y los demás podían saber cuál era su propósito. Por eso le dice a Timoteo: “Tú has seguido mi... PROPÓSITO”.
Dios lo creó todo con un propósito, y a cada vida le dio propósitos particulares. Recordemos: según la RAE “propósito” es: “Objetivo que se pretende conseguir”.
Y a esto debemos agregar que Dios manifestó qué debe hacer y qué no, cada ser humano. Dios manifestó su voluntad para cada ser humano, en su Palabra. Dijo con toda claridad que no debemos mentir, robar, matar, adorar a ídolos, que debemos amarle y amar a otros, que debemos guiar a nuestros hijos, etc, etc...
Por lo que podemos decir que:
-Dios lo creó todo con un propósito,
-a cada vida Dios le dio propósitos particulares,
-y Dios manifestó qué debe hacer y qué no, cada ser humano.
¡Dios es la autoridad de todo ser humano!
El ser humano tiene propósitos bien claros, definidos, específicos, que debe cumplir.
-el ser humano debe cumplir el propósito por el que Dios lo creó,
-cada vida debe cumplir los propósitos particulares que Dios le dio,
-y cada uno debe obedecer lo que Dios manifestó en su Palabra que debe hacer y que no debe hacer el ser humano.
Así que, puedes decir con toda certeza: tengo propósitos bien claros, definidos, específicos, que debo cumplir.
EL SER HUMANO ES EL VEHÍCULO DEL PROPÓSITO DE DIOS EN LA TIERRA
Génesis 1:26-28 nos muestra que hubo un acuerdo en Dios cuando creó al ser humano.
Dios dijo:
“26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.
El propósito fundamental de Dios, fue crear al ser humano a su imagen y semejanza; esto quiere decir que el ser humano es el representante de Dios en la Tierra, el vehículo por medio del cual Dios cumple su propósito en la Tierra.
El hombre es Dios en la tierra.
Por supuesto esto NO quiere decir que el hombre sea parte de la Deidad. NO. Lo que sí quiere decir es que el hombre es el representante de Dios en la tierra, que gobierna la tierra. Por eso en el versículo 26 recién leímos que el mandato de Dios fue que el hombre “SEÑOREE”, y luego lo repite en el versículo 28: “sojuzgad, y señoread”. El hombre ejerce la autoridad de Dios en la tierra (como también vemos en el Salmo 8).
Dios entra en nuestra esfera humana y obra y se revela a través del hombre.
¿Dios podría obrar sin el ser humano?
Sí, por supuesto. Pero decidió que su vehículo en la Tierra, el medio, por el que cumple su propósito en la Tierra, ES EL SER HUMANO.
¡Esto es lo que encontramos en cada historia bíblica! Y aún es lo que encontramos en Jesús. Luego de la rebelión del ser humano en Adán y Eva, y estando el ser humano bajo una naturaleza corrompida y bajo el dominio de Satanás, Jesús siendo Dios, “se despojó a sí mismo... hecho semejante a los hombres” (Filipenses 2:7), “participó de carne y sangre” (Hebreos 2:14) para reinar sobre todo el propósito de Dios a través del hombre.
¡Esto es absolutamente clave para poder entender la interacción tan profunda que vemos entre Dios y el hombre! ¡Dios obra a través del hombre! Siempre.
¡Sin entender esto caemos en uno de dos extremos peligrosísimos!
¡O caemos en el extremo peligrosísimo de rebajar a Dios a un pobre espíritu que vaga por los aires que no es más que una especie de humano mejorado!
¡O caemos en el extremo peligrosísimo de dejar al hombre apenas como un espectador de brazos cruzados que cuanto menos haga, mejor; porque todo lo hace Dios!
¡Cualquiera de los dos extremos son peligrosísimos!
DISEÑADO PARA ESA MISIÓN
Dios no solo te creó (Salmo 139:13-17); te hizo sorprendentemente único para la misión que ÉL quiere que cumplas en la Tierra.
De los millones de personas que respiran en este momento, no existen dos iguales... ni han existido. Si lo piensas, es sorprendente. Eres una obra de arte original, nunca antes vista.
Tus huellas, por ejemplo, están dejando una marca única en cada lugar donde tocas. Los patrones detallados en tu iris han sido colocados solo en ti; el diseño de tu ojo derecho que lee estas palabras es diferente incluso al de tu ojo izquierdo. Tus dientes también son únicos. Tus papilas gustativas, dulcemente únicas. Tu forma de caminar, única, al igual que tu voz al cantar. Tu corazón late a un ritmo único y tu cara tiene una apariencia especialmente única. Incluso los gemelos idénticos son distintos en los detalles.
Dentro de tus células hay miles de millones de kilómetros de ADN, programado y codificado para ti. Cada parámetro biométrico es como una huella que resalta que Dios te hizo como nadie.
Todo esto se debe a la intención, propósito e ilimitada capacidad de Dios.
Tu diseño único, tu sorprendente individualidad te hacen un milagro andante y un vehículo exacto para lo que Dios quiere hacer a través de tu vida.
La Biblia señala enfáticamente que no nos creamos a nosotros mismos (Salmo 100:3). Un Dios sorprendentemente creativo, amorosamente intencional y poderosamente capaz nos creó a cada uno de nosotros. Es por eso que tu identidad es maravillosa, y no es ningún accidente.
Dios es quien creó tu corazón para latir y tu cerebro para pensar. ÉL es quien con amor escogió tu grupo étnico y tu género, unió tus huesos, y envolvió cada uno de tus órganos para ti. ÉL escogió tu altura, color de cabello, y fecha de nacimiento. ÉL es quien sazonó tu rostro con expresiones faciales y tu personalidad con tu propia paleta de emociones.
Incluso si tus padres no estaban planeando tener un hijo cuando te concibieron, o peor, intentaron evitar tu nacimiento. Sin importar la situación o circunstancia de tu nacimiento, no eres un accidente, no eres insignificante. Fuiste planeado por Dios, y Dios espera que tu vida dé fruto como un discípulo de Jesús.
Para esto no sólo te creó como acabamos de ver, sino que una vez que creíste en Jesús y rendiste tu vida a ÉL, ya en Cristo te hizo una “nueva criatura” (2 Corintios 5:17).
Efesios 2:10:
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.
Hecho en Cristo Jesús con un propósito: “buenas obras”.
QUÉ DEBES HACER
Esto nos lleva a un punto fundamental: todo cristiano vive para una misión en la Tierra, y todo cristiano tiene una misión general y una particular.
1- Misión general.
Como leímos al principio Jesús al resucitar nos dio una comisión a todos los cristianos:
Marcos 16:15:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
¡Debemos predicar el evangelio a todos!
No hay llamado más alto ni mensaje que pueda ayudar más que éste.
Recién leímos que cuando Dios creó al ser humano, le dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread” (Génesis 1:28). Así, de la misma manera, en Cristo el mandato es que nuestras vidas den fruto llenando la Tierra con la predicación del evangelio, y así seamos sus representantes de autoridad (Mateo 28:18-20; Juan 15:8; Romanos 15:19; Efesios 2:6; 1 Corintios 12:27).
2- Misión particular.
Para cumplir la misión general de predicar el evangelio a todos, tú debes encontrar tu misión particular, o dicho de otro modo: qué Dios quiere exactamente que hagas en tu vida terrenal.
Hasta el momento en que no eras cristiano hacías lo que mejor te parecía en cada decisión. Ahora ya no eres de ti mismo, eres de Cristo.
Romanos 14:8,9:
“8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven”.
Ahora somos de Cristo para Cristo.
Y un reflejo claro de este cambio de dueño lo vemos en la vida de Pablo. Él perseguía cristianos, pero cuando iba hacia la ciudad de Damasco para continuar su persecución, Jesús se le apreció en el camino, y le dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”. Al instante Pablo, postrado, le dijo a Jesús: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:5,6).
¡Necesitas entregar el resto de tu vida al Señor para que ÉL dirija tu misión particular y así puedas cumplir con fidelidad la misión general de todo cristiano de predicar el evangelio, como sólo tú puedes hacerlo, en tu misión específica en tu vida en la Tierra.
1 Corintios 12:18 afirma: “Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo (se refiere a la Iglesia), como ÉL quiso”.
El tamaño de tus metas definen el tamaño del Dios que crees.
Si apenas estás buscando sobrevivir en este mundo, tu Dios es un Dios que apenas puede hacerte sobrevivir en este mundo.
Si no te quieres ir de este mundo hasta haber adorado a Dios llevando adelante la misión de Cristo y mostrando lo que Dios puede hacer con uno de sus hijos que clama a EL. ¡Ese es tu Dios!
¿Confías en el Dios que pregunta retóricamente en Jeremías 32:27: “¿Habrá algo que sea difícil para mí?”?
¿Piensas que lo imposible no encaja en el vocabulario de Dios?
¿Piensas que ÉL aún sigue actuando como en la era bíblica?
¿Crees que esas historias son tan reales como para volverlas a experimentar hoy en día en la misión que Dios te confió?
Jesús dijo con toda claridad acerca de los que hablen de ÉL a otros:
Mateo 10:32,33:
“32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos”.
Belgrano 30, Córdoba capital, Argentina.
contacto@iglesiacristianamissio.com