Discipulado

Catecismo


15- EL DISCIPULADO. Importancia y costo


Mateo 28:16-20:

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.

17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 

18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 

20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”.


DIOS NOS HABLÓ A TRAVÉS DE JESÚS

Como afirma Hebreos 1:1,2: "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo”. De hecho, Jesús es el mensaje mismo de Dios, ÉL es “la verdad” (Juan 14:6), “el Verbo de Dios” (Apocalipsis 19:13), Dios mismo diciéndonos cómo es ÉL (Juan 1:18; 14:9).


EL MAESTRO

Por lo que en Jesús, vino la Verdad misma, y la Verdad hecha Persona escogió 12 apóstoles “para que estuviesen con él” (Marcos 3:14), y les enseñó. Así ellos le llamaron “Rabí” (“Maestro” en hebreo) (Juan 13:13).

Un rabí (maestro) escogía discípulos y ellos aprendían de él. No sólo sus enseñanzas, sino a hacer lo mismo que él y a ser como él.

Así según el maestro que se escogiera esto iba a formar toda su manera de pensar y vivir.

Uno diría: "este pasaje significa tal y tal cosa”, y otro diría: “no, esto significa esto otro".

Por ejemplo en esa época estaba la escuela de Hillel que declaraba que había base para el divorcio si una mujer echaba a perder la cena de su marido (Gitt. 90 c). Mientras que la escuela de Shammai permitía el divorcio sólo bajo transgresiones morales (Gitt.ix. 10).

Por lo que no solo se trataba de interpretación de las Escrituras sino de cómo se debía vivir. No era sólo información para saber.

Como explica el historiador judío Shmuel Shafrai, un discípulo "no comprendía el pleno significado de la enseñanza de su rabino en todos sus matices excepto por medio de una intimidad prolongada con su rabino, a través de una relación cercana" ("The Jewish People in the First Century". Pag. 964).

Por esto la Mishná judía dice: "Tu padre te trajo a este mundo, pero tu rabino te llevará a la vida del mundo venidero" ("Bava Metzia" 2:11).

Así Jesús le dijo a ciertas personas: 

Juan 8:31:

"Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos”.


Jesús les estaba diciendo que para ser sus discípulos ellos debían permanecer en su palabra. Lo cual significaba, aprender y obedecer su enseñanza. 


DISCÍPULOS DE JESÚS

Una persona puede saber quien es Jesús, una persona puede tener cierta claridad de que Jesús es el Cristo enviado por Dios, pero no está dispuesta a someter su vida a ÉL.

Los cristianos aprendemos de Jesús y le obedecemos no solo como nuestro Maestro, sino como nuestro Señor. Buscamos ser como ÉL (Lucas 6:40).

1 Juan 2:6 define con toda precisión: "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”. 

¡Si alguien permanece en Cristo, debe ser su discípulo! Si alguien no es discípulo de Jesús, no permanece en Cristo. En el Nuevo Testamento a los seguidores de Jesús se los llama "discípulos" ("madsetés" en griego) más de 250 veces.


Por esto la esencia de la misión de la Iglesia es hacer discípulos.

Como leímos en el pasaje de Mateo 28 al principio, una vez que Jesús murió en la cruz y el Padre lo resucitó al tercer día, Jesús se encontró con sus apóstoles a quienes había hecho sus discípulos, y les entregó la misión cristiana: "Id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19). ¿Cómo? Jesús en Mateo 28:19,20 explica que debían bautizar y "enseñar a que guarden todas las cosas que ÉL les mandó”.

Jesús los hizo sus discípulos, ellos entonces debían hacer con otros lo que Jesús hizo con ellos. Y a su vez, una vez que aquellos cristianos de esa generación fueron hechos discípulos, ellos debían hacer discípulos a la siguiente generación enseñándoles lo que Jesús le había enseñado a los apóstoles (2 Timoteo 2:2), y así generación tras generación hasta la segunda venida de Jesús.

¡La Iglesia se conforma de discípulos y forma discípulos (Juan 15:8)!


No se trataba sólo de lograr que la gente vaya al lugar donde se reúnen los cristianos.

No se trataba sólo de lograr que otros crean en su testimonio de que Jesús había muerto y resucitado.

No se trataba sólo de lograr que personas creyeran de que Dios los puede ayudar en sus problemas.

No se trataba sólo de lograr que sus hijos tuvieran una vida más sana, que sus matrimonios tuvieran menos problemas y que la gente se sintiera más contenida ante las circunstancias de la vida.

Aún no se trataba sólo de que a través de su testimonio otros encontraran perdón de sus pecados.

El mandato de Jesús fue: "Id, y haced discípulos a todas las naciones".


QUÉ ES UN DISCÍPULO

Un discípulo cristiano es una persona salvada en Cristo, nacida de nuevo en el Espíritu Santo, que está determinada a seguir a Jesucristo, con el deseo de aprender de ÉL y vivir según su ejemplo y enseñanza. Para esto necesitamos dar toda nuestra vida y todo lo que tenemos a Dios, para que lo use de acuerdo con su voluntad.

Dios llama a sus hijos a enfrentarse con las verdaderas implicaciones de un discipulado personal, a ser fieles y obedientes al Señor, cueste lo que cueste. Por amor a Jesús, están dispuestos a aplicar sus valores a sus vidas. Un discipulado sin costo no es un discipulado verdadero. Los cristianos son llamados a negarse a sí mismos y tomar su cruz diariamente para poder seguir a Cristo Jesús.

Mateo 16:24:

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.


“El verbo griego ‘akoloudséo’ (‘seguir’). Se deriva del copulativo ‘a’ y del sustantivo ‘keleudsos’ (‘camino’), así sugiriendo que ‘seguir’ es ‘caminar el mismo camino que’ otro” (“Teología sistematica 2” - James Leo Garrett. Pag. 356).

Su cruz no es una carga impuesta a los cristianos, sino algo que emprenden voluntariamente por amor del evangelio. Dios tiene el primer lugar en sus vidas, antes de considerarse a sí mismos o incluso a los demás, la voluntad de su Señor tiene preferencia sobre cualquier otra cosa.


Así, como Jesús exigió un precio tan alto por el discipulado, desafió a todos a contar el costo primero.

Lucas 14:25-32:

“25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: 

26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 

27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. 

28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 

29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, 

30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. 

31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 

32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz”.


Como en toda disciplina, lo que uno está dispuesto a atravesar define cuanto esa persona quiere alcanzar su objetivo.

Lo que hay detrás de las palabras de Jesús hablando de negarse a uno mismo, tomar la cruz y seguirle, es que esto define con toda claridad quién entiende profundamente el valor infinito de tener a Cristo y poder seguirle, y quien no.


Seamos conscientes: vivir como discípulo no es una opción extra, sino el compromiso normal del cristiano que Jesús espera de todos los que creen en ÉL.





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