Génesis 1:27,28:
“27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.
GÉNESIS 1:31:
“Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”.
EL DISEÑO ORIGINAL
Dios es la autoridad suprema que dio la orden para que el ser humano exista. ¿Recuerdan que lo vimos en la sección pasada?
Dios dio la orden y todo vino a la existencia. Incluido el ser humano.
Dios es la autoridad suprema que dio la orden para que el ser humano exista, y Dios es la autoridad suprema que le dio la misión al ser humano, qué debía hacer en su creación.
¿Por qué Dios hizo eso?
Porque Dios es la autoridad suprema. ÉL es Dios.
Y porque el diseño de Dios es lo bueno para el ser humano.
¡Dios lo creó todo con un propósito, y todo cumple una función!. Por lo que cada parte de su creación tiene una misión específica según su voluntad.
Y por encima de todo Dios puso al hombre para gobernar en su nombre. El gobierno de Dios en la tierra sería dirigido por el hombre como el rey, el gobernante.
Génesis 1:28:
“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread...”.
“fructificad”. Reproducir, crear, desarrollar. El ser humano debía expandirse, producir, desarrollarse.
“sojuzgad”: el Diccionario RAE explica esta palabra como “dominar”.
“... y señoread”: Tomar dominio.
La NTV traduce: “Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen...”.
Mientras todo sucedió según su voluntad, Dios dio su veredicto. ¿Qué leímos en Génesis 1:31?
“bueno en gran manera”.
Cuanto dice esto, cuán decisivo es para el ser humano esto que está resumido en pocas palabras: “bueno en gran manera”.
Todo en el diseño de Dios, cuando llegó a estar concretado, era “bueno en gran manera”.
La tierra no tenía el más mínimo rasgo de mal y sufrimiento, y todo era perfecto en su clase para cumplir todo su potencial de felicidad, plenitud, vida.
Dios puso al hombre sobre todo lo que estaba en la tierra, con absolutamente todos los recursos necesarios para la misión que le encomendó, rodeándolo de bienes para disfrutar en plenitud, y en plena comunión y amor con ÉL. Génesis 2:8 llama al lugar donde vive en ese momento el ser humano, “Edén” (”delicia”). Es un “paraíso”.
La criatura debía considerar a ese Creador Dios como la fuente de todo su bien, el sustentador de todo su bien, quien guarda, protege, todo su bien; la autoridad sobre todo. A quien le debe todo y que al experimentarlo en amor, su corazón se llena de adoración hacia ÉL.
¡La vida así es perfecta para el ser humano!
Dios lo creó todo y dijo: “bueno en gran manera”.
MANDATO DE DIOS
Y Dios el Creador, la autoridad sobre todo, no solo:
-es la autoridad suprema que dio la orden para que el ser humano exista,
-y Dios es la autoridad suprema que le dio la misión al ser humano, qué debía hacer;
-sino que también Dios es la autoridad suprema que le dijo al ser humano qué no debía hacer.
Génesis 2:15-17:
“15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto (es traducido más tarde al griego como paraíso) de Edén (”delicia”), para que lo labrara y lo guardase.
16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.
Está clarísimo que el relato de la Creación es un relato verdadero, pero infinitamente parcial. Se nos dice casi nada. ¿Por qué? Porque Dios solo quiso darnos las verdades centrales, no detalles para discutir eternamente.
¿“El árbol de la ciencia del bien y del mal” es solo un árbol en el huerto?
Puede ser.
Y también puede que no.
Creemos que en Apocalipsis el “árbol de la vida en medio del paraíso” no es simplemente un árbol, sino que es Cristo.
Lo importante, lo decisivo, acá, es que Dios el Creador, la autoridad sobre todo, no solo:
-es la autoridad suprema que dio la orden para que el ser humano exista,
-y Dios es la autoridad suprema que le dio la misión al ser humano, qué debía hacer;
-sino que también Dios es la autoridad suprema que le dijo al ser humano qué NO debía hacer.
Y acá Dios le dice al ser humano que hay algo que NO debe hacer: “del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás”. ¡Es un mandato!
¿Qué pasará si desobedece?
Génesis 2:17:
“mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, CIERTAMENTE MORIRÁS”.
Es una afirmación con una declaración de certeza: “CIERTAMENTE morirás”.
Si el ser humano desobedecía, entraría algo a la existencia humana que no estaba, algo llamado “muerte”.
“el árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, CIERTAMENTE MORIRÁS”.
Dios el Creador, la autoridad sobre todo, no solo:
-es la autoridad suprema que dio la orden para que el ser humano exista,
-y Dios es la autoridad suprema que le dio la misión al ser humano, qué debía hacer;
-sino que también Dios es la autoridad suprema que le dice al ser humano qué no debe hacer.
Pero prestemos atención: Dios, la autoridad suprema, no le dice al ser humano qué no debe hacer, porque es un autoritario ególatra que quiere que todos le hagan caso. Dios no es el matón del colegio que quiere mandonear a todos porque sino los golpea.
NO.
Dios, la autoridad suprema, le dice al ser humano qué no debe hacer, para que así siga viviendo en el diseño perfecto de Dios de bien, donde todo es bueno en gran manera. Todo es vida.
Por eso, Dios el Creador, la autoridad sobre todo, le dice al ser humano qué no debe hacer.
“el árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, CIERTAMENTE MORIRÁS”.
Dios ejerce su autoridad porque es lógico, bueno y justo que así sea.
Existe el bien y el mal. Y Dios es el bien que busca el bien del ser humano y le dice al ser humano cómo permanecer en el bien.
El bien trae lo que Dios llama “vida”. Lo cual es el diseño original de Dios para el hombre.
El mal trae justo lo opuesto: la “muerte”. Tragedia, aflicción, sufrimiento, más mal.
LA REBELIÓN
Pero un ser importante de Dios se rebeló a Dios y generó una sublevación en el cielo (Ezequiel 28:12-19; Isaías 14:12-17), arrastrando a la tercera parte de los ángeles (Apocalipsis 12:3,4,9) los cuales pasaron a ser demonios (Mateo 8:31), “espíritus inmundos” (Mateo 10:1) .
A este ser angelical, líder de la rebelión, se lo llegó a llamar Satanás: “El Opositor”, “Adversario”.
Satanás se rebeló bajo la idea de que él podía deificarse: ser su propio dios, y conseguir su propio bien. Según Isaías 14:14, dijo: “seré semejante al Altísimo”.
Así con esta idea arrastró también a la tercera parte de los ángeles.
Luego Satanás buscó expandir aún la rebelión, y trasladó su guerra a la tierra.
Él de alguna manera estaba en el Edén (Ezequiel 28:13) y tentó al ser humano y así lo hizo participar de la rebelión contra Dios.
Génesis 3:1:
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho...”.
Repito lo que dije cuando hablamos del “árbol de la ciencia del bien y del mal”. Esto NO es un mito o una alegoría. Es una historia verídica pero contada de forma parcial. Recién en Apocalipsis 12:9 se nos explica que esta serpiente fue Satanás.
Génesis 3:1-4:
“... la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”.
Esta fue la estrategia de Satanás:
1- La negación de lo que Dios dice.
Dios dijo: “si haces esto, ciertamente morirás”. Satanás dice: “no morirás”.
2- La tergiversación del bien y el mal.
Dios es el bien para el ser humano. Pero Satanás se presenta como el consejero para alcanzar el bien. Y Dios es el malo que mintió:
“No moriréis (mintió, Dios es falso);
sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios (y Dios es un egoísta que no quiere que sean como ÉL)”.
Es el dar vuelta qué es el bien y qué es el mal.
El profeta Isaías dijo: “Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo” (Isaías 5:20).
Ahora la humanidad tiene otra percepción de qué es lo bueno y qué es lo malo.
Y Satanás dice: “Dios busca lo malo del ser humano, yo te aconsejo para tu bien, y el bien es esto que Dios te dice que no hagas”.
La estrategia de Satanás es 1) La negación de lo que Dios dice, 2) la tergiversación del bien y el mal.
3- Promover la autodeificación.
Satanás se rebeló al Creador diciendo: “seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:14). Él sería su propio dios.
Y ahora le dice al ser humano, según Génesis 3:5: “seréis como Dios”.
Ustedes pueden deificarse. Ustedes pueden ser su propio dios, y conseguir su propio bien. No necesitan otro dios que ustedes mismos.
Así infinidad de personas hoy se sienten el centro de la existencia. Dioses dignos de que todos los sirvan.
Incluso al ir a una Iglesia cristiana. Todo debe girar para su servicio.
La estrategia de Satanás es 1) La negación de lo que Dios dice, 2) la tergiversación del bien y el mal, 3) promover la autodeificación.
4- Volver atractivo el mal.
Satanás le dice a Eva: “Hagan lo que Dios les dijo que no hagan, seréis como Dios”.
Y ahora, en esta perspectiva, el mal se volvió algo atractivo:
Génesis 3:6:
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer (vio lo malo ‘bueno’), y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”.
Así Satanás hace todo el tiempo hasta el día de hoy tentando al ser humano. Cambia la perspectiva del bien y el mal. El bien es algo falso, hipócrita. El bien como es planteado por Dios, no existe.
El mal es el único bien que el ser humano puede alcanzar.
Esto tan sencillo ha destruido generaciones.
El bien es algo falso, hipócrita. El bien como es planteado por Dios, no existe.
El mal es el único bien que el ser humano puede alcanzar. De ahí toda clase de drogas y excesos, engaños, ver lo prohibido como tentador, descontrol, caos y perversión.
Y en muchos casos todo esto presentado como apenas una travesura de niños.
En muchos casos las películas, series, libros y canciones vuelven atractivo el mal y lo presentan apenas como una travesura de niños. Siempre evitando mostrar el daño que trae el mal.
Pero cuando quieren encontrar una causa al sufrimiento ahí sí miran a Dios y lo maldicen.
Esta sigue siendo la estrategia de Satanás:
1- La negación de lo que Dios dice.
2- La tergiversación del bien y el mal.
3- Promover la autodeificación.
4- Volver atractivo el mal y presentarlo apenas como una travesura de niños.
Acá, en esta historia, contada de forma muy básica, sencilla, elemental, vemos el comienzo de la rebelión de los seres humanos, que esparcen la maldad por el mundo trayendo autodestrucción.
El bien como es planteado por Dios, no existe.
El mal es el único bien que el ser humano puede alcanzar. Cuando el ser humano hace lo que Dios llama malo, así es feliz, libre, y se desarrolla. Para esto debe lograr ser su propio dios, su propia autoridad. El mal es atractivo para conseguir placer, y cuando el ser humano se lanza a su propio placer es apenas como una travesura de niños.
LA MUERTE
¿Cuál fue el resultado real de esta rebelión?
Dios había dicho que el mal traería otra clase de existencia: la muerte. Afirmó: “ciertamente morirás”.
El diablo dijo: “No morirás... Dios es falso. Lo que Dios llama mal traerá bien”.
Es normal si te cuesta un poco hacerte a la idea con el concepto de vivir eternamente.
En la forma de existencia que conocemos todo se deteriora hasta llegar a su fin.
¡Esto es lo que trajo la rebelión humana contra Dios!
La Biblia dice que el tipo de existencia que Dios llama “muerte” entró al mundo en esta rebelión. Romanos 5:12 asegura: “El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres”. Y Romanos 5:17 afirma que así: "reinó la muerte” en la humanidad.
La “muerte” es un elemento de corrupción. Gracias a esta “muerte” todo lo que existe en esta tierra se deteriora, involuciona, se corroe, enferma, envejece, contamina, empeora, se daña, sufre; hasta que este deterioro llega a tal punto que deja de funcionar.
Nada de esto existía cuando no había entrado en la tierra este elemento llamado “muerte”.
Todo estaba en su perfecto estado según Dios lo había creado, y así iba a permanecer. Todo estaba en el estado de la “vida”. Creado por el Dios “inmortal” (1 Timoteo 1:17. Perfecto sin posibilidad de empeorar).
Así el ser humano estaba en un tipo de existencia en comunión con Dios, practicando el bien y sus resultados, en su estado sin corrupción, y bajo la total bendición de Dios.
Cuando entró la muerte, todo entró en estado de descomposición, de corrupción, de deterioro, involución, enfermedad, envejecimiento, contaminación, daño, sufrimiento; hasta que este empeorar llega a tal punto que, por ejemplo, el cuerpo del ser humano deja de funcionar.
Biológicamente el ser humano se termina de desarrollar en la adolescencia en ciertos aspectos (Crecimiento físico y desarrollo, desarrollo neurológico, sistema Inmunológico, habilidades motoras, desarrollo emocional y social, sistema cardiovascular y respiratorio), y luego avanza en su proceso de deterioro. Mientras en otros aspectos ya comienza su deterioro en el mismo momento de nacer (Tejidos y órganos específicos, piel, sistema musculoesquelético, metabolismo y regulación hormonal).
Y esto no solo sucede en lo físico sino también en lo espiritual y moral. El ser humano quedó fuera de la presencia de Dios y se entregó al mal.
Al poco tiempo de que la raza humana se rebela a Dios, un hijo de Adán y Eva, Caín, asesina a su hermano por celos.
¡Todo comienza a estar en descomposición!
¡En la historia, vemos que el diseño de Dios para la tierra y el ser humano va corrompiéndose más y más!
De esta manera, todos los males desde Adán hasta nuestros días dicen que Dios dijo la verdad y que Satanás mintió.
Dios le había dado al ser humano una existencia de vida, y lo había puesto en un paraíso en el que, justo en el medio, en el centro de su habitat, estaba “el árbol de la vida” del cual podía comer sin restricciones. Se trataba de la vida suprema.
Pero el mal trajo la muerte.
¡Dios dejó al hombre en esa otra forma de existencia llamada muerte! La cual nunca hubiera experimentado si no hubiera entrado en rebelión.
Esta es la raíz de toda la tragedia humana como la soledad, la drogadicción, la depravación, los suicidios, las violaciones, el odio, la depresión, la corrupción, la pobreza, las guerras, los asesinatos, la destrucción familiar, la violencia, etc, etc... Las relaciones se dañan, lo hermoso se corrompe, todo está bajo los efectos de la muerte.
Dios, el Creador, es la fuente de todo bien para la humanidad, el sustentador de todo su bien, quien guarda, protege, todo su bien; la autoridad sobre todo. A quien le debe todo y que al experimentarlo en amor, su corazón se llena de adoración hacia ÉL.
¡La vida así es perfecta para el ser humano en el diseño de Dios!
Por eso cuando Dios lo creó todo según su diseño, dijo: “bueno en gran manera”.
Y Dios el Creador, la autoridad sobre todo, no solo:
-es la autoridad suprema que dio la orden para que el ser humano exista,
-y Dios es la autoridad suprema que le dio la misión al ser humano, qué debía hacer;
-sino que también Dios es la autoridad suprema que le dijo al ser humano qué no debía hacer.
Para el bien del ser humano.
Dios, la autoridad suprema, le dice al ser humano qué no debe hacer, para que así siga viviendo en el diseño perfecto de Dios de bien, donde todo es bueno en gran manera. Todo es vida.
Por eso, Dios el Creador, la autoridad sobre todo, le dice al ser humano qué no debe hacer.
Existe el bien y el mal. Y Dios es el bien que busca el bien del ser humano y le dice al ser humano cómo permanecer en el bien.
El bien preserva lo que Dios llama “vida”. Lo cual es el diseño original de Dios para el hombre.
El mal trae justo lo opuesto: la “muerte”. Tragedia, aflicción, sufrimiento, más mal.
Todo ese pecado que el ser humano menosprecia como si se tratara apenas de travesuras de niños; es lo que propaga más mal, y más mal trae más y más sufrimiento dentro de la sociedad humana.
Por lo tanto afirmamos como en la sección pasada, que:
1) Dios es la autoridad suprema que dio la orden y todo vino a existencia.
2) Si todo sigue en existencia es porque Dios lo sustenta.
3) Dios es infinitamente superior a nosotros los humanos.
4) Dios nos ha amado como no podemos explicar, y busca nuestro bien.
5) Dios es la autoridad suprema sobre todo lo que existe, y lo que ordena es bueno.
Así decimos con certeza que
ES LÓGICO, BUENO Y JUSTO QUE DIOS SEA EL CENTRO DE LA EXISTENCIA.
Belgrano 30, Córdoba capital, Argentina.
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